Bogotá, la quinta ciudad de América Latina que se suma a proyecto regional de la CEPAL
- Detalles
-
Última actualización el Lunes, 05 Diciembre 2016 10:20
-
Publicado el Lunes, 05 Diciembre 2016 10:19
-
Visto: 2432
“Cuidados, autonomía económica de las mujeres y desarrollo urbano” es el nombre del proyecto al que se sumó Bogotá desde noviembre de este año, junto con la ciudad de La Habana (Cuba) y del que hacen parte Ciudad de México (México), Cuenca (Ecuador), Montevideo (Uruguay) y la comuna de Santiago de Chile (Chile). Una iniciativa de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) que busca “mostrar los beneficios de invertir en políticas que aborden el cuidado de personas dependientes y la autonomía económica de las mujeres, como parte del desarrollo urbano”, según indica el resumen ejecutivo.
De acuerdo con Ana Stefanovic, oficial de programa de la División de Asuntos de Género de la CEPAL, se adelantará un diagnóstico sobre la situación de las mujeres en la ciudad, pensando cómo la carga de trabajo no remunerado y de cuidado se plasma en la realidad territorial. Y si las políticas y servicios que existen responden a la demanda del cuidado y a las necesidades de las personas que están a cargo del mismo, que tradicionalmente han sido las mujeres.
La Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH), del DANE mostraba que durante el primer trimestre de 2016 en Bogotá, las mujeres dedicaron 24 horas a la semana al trabajo doméstico no remunerado, mientras que los hombres dedicaron apenas 10,7 horas. Carlota Alméciga, directora de Gestión del Conocimiento de la Secretaría Distrital de la Mujer, aseguró que estas cifras denotan la brecha que hay en la ciudad respecto a un abordaje equitativo del cuidado y cómo esto compromete el desarrollo no solo para las mujeres, sino el desarrollo urbano y el crecimiento económico de Bogotá.
La CEPAL ha señalado que el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado ha recaído históricamente sobre las mujeres. Y por esta razón el diagnóstico permitirá relacionar la contribución de ellas a los escenarios del cuidado y cómo quienes hacen este trabajo sin remuneración pueden acceder a la oferta de servicios para mantener su autonomía económica y adelantar ejercicios de empoderamiento.
“Bogotá entra en un momento oportuno a ser parte de este proyecto regional porque se encuentra en el proceso de formulación del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y porque finalmente es la ciudad referencia para el país”, explicó Stefanovic quien además destacó el reconocimiento que tiene Colombia del cuidado como un bien público que no solo está a cargo de los hogares y de las mujeres.
Pensar la planeación urbana de las ciudades es también entender que hombres y mujeres tenemos necesidades diferentes de los espacios. En palabras de Olga Segovia, consultora de la División de Asuntos de Género de la CEPAL, las ciudades deben planearse considerando el mundo productivo y reproductivo, pero que desafortunadamente se piensan solo desde la primera perspectiva. Un ejemplo es que las mujeres en Bogotá realizan recorridos en zigzag y generalmente los desplazamientos solo se piensan de un punto a otro, respondiendo al mundo de la producción.
“Por eso en muchas ciudades de América Latina algunas mujeres viven confinadas en tres cuadras por la inseguridad, por el cuidado de niñas y niños… entonces ¿Por qué no pensar programas en términos de espacio que transforme estas realidades?”, añadió Segovia.
Frente a esto último, Cristina Vélez Valencia, Secretaria Distrital de la Mujer destacó programas como Safetipin que se adelantan junto con la Secretaría de Movilidad de Bogotá y que pretenden conocer los factores que generan riesgos para ellas en la red de ciclorrrutas de Bogotá. Igualmente, resaltó el trabajo con la Secretaría de Hábitat en el cual se desarrollan procesos de mejoramiento de viviendas con enfoque de género.
El desafío para el Distrito y para la CEPAL es relacionar estas tres categorías: Cuidado, autonomía económica de las mujeres y desarrollo urbano para “que se genere información que cualifique u oriente las políticas públicas, que es nuestro deber en la lógica de una Bogotá, Mejor para Todas”, finalizó Alméciga.