Feminicidio y acceso a la justicia
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Última actualización el Lunes, 05 Diciembre 2016 10:26
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Publicado el Lunes, 05 Diciembre 2016 10:26
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“El feminicidio nace por una realidad que vive la sociedad, y en la que el Estado tiene que tomar medidas y luchar. En este caso, en contra de una forma de discriminación contra las mujeres, en la que son asesinadas por el hecho de ser mujeres, o porque se salen del esquema o de lo que se piensa que deberían ser, o actúan de forma diferente a como se piensa deberían comportarse”: Alejandra Coll.
Esta es una de las explicaciones acerca de por qué se ha tipificado el feminicidio como delito autónomo en nuestro país y en varios países alrededor del mundo, y justamente uno de los temas abordados en el conversatorio sobre feminicidio y acceso a la justicia que se desarrolló en el marco de las actividades académicas para conmemorar el 25 de noviembre.
En el evento participaron como expositoras: Isabel Agatón Santander, Directora del Centro de Investigación en Justicia y Estudios Críticos del Derecho (CIJUSTICIA), e integrante del equipo de litigio de género de la Secretaría Distrital de la Mujer; y la abogada y Máster en Estudios de Género de la Universidad de Hull (Inglaterra) y de la Universidad de Granada (España), Alejandra Coll Agudelo.
Las expertas durante el conversatorio explicaron a las y los asistentes sobre el concepto de feminicidio, cómo reconocerlo, interpretarlo e identificarlo. Además dieron a conocer precedentes del delito en nuestro país y en otras partes del mundo, así como los conceptos emitidos por instancias internacionales en esta materia. Incluyeron también en sus exposiciones las modalidades de feminicidio que existen y la penalización que ha tenido en América Latina y en Colombia a través de la Ley 1761 (Rosa Elvira Cely) del 6 de julio de 2015.
Dentro de las reflexiones, reconocieron que el logro que hizo posible que el feminicidio haya sido reconocido como tal, fue conseguido gracias a las luchas e interés político del movimiento de mujeres alrededor de todo el mundo, quienes han sido las impulsoras de las leyes que lo han tipificado y que han demostrado su importancia para endurecer penas y dar un mensaje a la sociedad de cero tolerancia, con el objetivo de que los hechos en donde una mujer muere por el hecho de serlo no se repitan.
Desde esa perspectiva proponen que el legado de: “si nos tocan a una, nos tocan a todas” continúe y se haga cada vez más fuerte, que se sume toda la sociedad, que todas y todos pensemos que también podemos ser víctimas y que las violencias contra las mujeres no tienen distinción de edad, condición socio económica o de diversidad.
Alejandra e Isabel sustentaron que para seguir avanzando en el acceso a la justicia en los casos de violencias contra las mujeres es urgente formar no solo a funcionarias y funcionarios que hacen parte del sistema judicial, sino a las y los que hacen parte de las entidades que responden en las rutas de atención, y también al personal de servicios médicos o aquellos inmersos en el sistema de salud. Todas las entidades y su personal deben trabajar de forma articulada y aprender a manejar los casos de violencias contra las mujeres desde el enfoque de género, de derechos y diferencial para no revictimizar a las víctimas y/o a sus familiares.
Igualmente, se refirieron al objetivo de lograr que no existan más víctimas de feminicidio. Aseguran que este ideal solamente se consigue si se trabaja en la formación desde la primera infancia. “las y los niños deben aprender a respetar al que piensa diferente, a no reproducir estereotipos machistas y de agresión contra las mujeres”, ese según las expertas uno de los aspectos en los que hay que enfocar campañas y estrategias para llegar de forma contundente a la sociedad.
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