Los movimientos de mujeres en el mundo han evidenciado cómo las inequidades de género originan y reproducen el desconocimiento, inobservancia e incumplimiento de los derechos de las niñas, lo cual se expresa en las múltiples formas de violencia que de manera cotidiana se cometen en su contra, así como las desigualdades en términos de acceso a la educación, a la salud y a la recreación entre otros derechos. Estas afectaciones se expresan de manera diferencial en razón de otras estructuras de discriminación como el origen racial o étnico, la procedencia rural o urbana, la identidad y expresión de género, las condiciones físicas, motoras, sensoriales o cognitivas.
A continuación algunas cifras que indican parte de la situación de discriminación y violencia de las que son víctimas las niñas en la capital del país:
Aunque desde el año 2009 se ha venido presentando una progresiva reducción de la tasa de fecundidad entre niñas de 10 a 14 años, cabe destacar la persistencia de casos de gestación en este grupo de edad, en el que el embarazo puede constituir un grave riesgo para su salud e integridad. Así mismo, de acuerdo con la información suministrada por la Secretaría Distrital de Salud, resulta alarmante el hecho de que un 25% de estas niñas gestantes en el año 2013 tuviesen una unión conyugal al momento del parto, el 7% de ellas con más de dos años de convivencia, cifra que sin duda es indicador de uniones tempranas, que atiende a un desequilibrio de poder.
De esto último da cuenta también el hecho de que un 8% de los casos de nacidos vivos de mujeres de este grupo de edad, registre padres (varones) mayores de 25 años, escenario que refleja la persistencia de situaciones de vulneración de derechos en el marco de un desequilibrio etario que se convierte en indicador de probables situaciones de violencia sexual.
En cuanto al derecho a la educación, es claro el avance en la eliminación de brechas de acceso a la educación escolar, actualmente en Bogotá D.C. no hay diferencias significativas entre las tasas de matrícula de niñas y niños en los primeros años del ciclo educativo, de la misma manera, no son ellas quienes más desertan; sin embargo preocupa la persistencia de imaginarios estereotipados en cuanto a los roles que desempeñan estas en el escenario escolar, probablemente asociados a la existencia de un “currículo oculto” que desestimula su participación en campos en los que históricamente han sido excluidas, al tiempo que no cuestiona la atribución social de roles y prácticas de cuidado y trabajo doméstico. Sorprende y preocupa por ejemplo, que más de la tercera parte de las personas de Bogotá (39,4%) consultadas por la Encuesta Bienal de Culturas, aseguren que “una educación adecuada para las niñas es la que da preferencia al desarrollo de sus roles de madre y esposa”.
Así mismo, los resultados de la Encuesta de Clima Escolar, realizada por la Secretaría Distrital de Educación en 2013, también dan cuenta de desigualdades de género en cuanto a las actividades extraescolares. Veamos: las niñas y adolescentes que afirmaron dedicar más tiempo a actividades domésticas (20%) doblan en porcentaje a los estudiantes hombres (11%) que expresaron lo mismo. Al desagregar los resultados por tipo de colegio, se encuentra que en los colegios privados disminuye el porcentaje de niñas y jóvenes que dedican la mayor parte de su tiempo fuera de la institución educativa a tareas relacionadas con los oficios del hogar, siendo menor también la brecha existente entre hombres y mujeres en este tipo de colegios.
Por otro lado, la violencia de la cuál son víctimas las niñas sigue siendo motivo de alerta, aunque en algunos casos parece presentarse una aparente mejoría en cuanto a la disminución de cifras. Según los datos suministrados por el Instituto Nacional de Medicina Legal a través del Grupo Centro de Referencia sobre Violencia, en Bogotá D.C, en el año 2013, 10 niñas fueron víctimas de femicidio, 3 más que el año anterior. Se practicaron 2.478 exámenes médico-legales por presunto delito sexual, 235 casos menos que el año anterior y se realizaron 1.941 dictámenes por violencia física, 248 casos menos que el año anterior.
La violencia sexual afecta más a las niñas que a los niños, pues del total de exámenes sexológicos practicados por Medicina Legal en el año 2013, el 81% fueron a niñas. Así mismo, las niñas en edad de 0 a 14 años son las más vulnerables a este tipo de violencia, en esta etapa del ciclo vital se concentraron en el año 2013 el 70% de los casos de presunto delito sexual.
Sin duda, la garantía de los derechos de las mujeres y la construcción de su autonomía pasa por una transformación de las pautas de crianza, educación y protección de las niñas. La eliminación de una educación sexista, que define en ellas roles estereotipados y a futuro limita el ejercicio de su ciudadanía en distintos campos, así como la eliminación de todas aquellas barreras que limitan el adecuado ejercicio de sus derechos, son algunas de las apuestas fundamentales para la transformación de las relaciones inequitativas de género y el avance hacia una mejor calidad de vida de las niñas. Es necesario además seguir insistiendo en los impactos de un mundo adultocentrado que se expresan históricamente de manera distinta en las vidas de las niñas.
La Secretaria Distrital de la Mujer hace un llamado en este día para reflexionar y actuar frente a todas las situaciones de discriminación y violencias que afectan a las niñas, a la movilización social y política para levantar la voz y denunciar cualquier tipo de situación que limite la garantía y protección de sus derechos.