Cada 10 de diciembre se celebra el Día de los Derechos Humanos para recordar que el respeto a los derechos básicos e inalienables de todas y cada una de las personas es el ideal común al que aspiran todas las naciones y pueblos del mundo. La fecha se conmemora cada 10 de diciembre desde 1950, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas eligió y proclamó este día en coincidencia con el aniversario de la aprobación en 1948 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Los Derechos Humanos nos garantizan que “todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos”, que “toda persona tiene todos los derechos y libertades (…) sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”.
La Declaración incluye entre otros “el Derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad; a no ser sometida a esclavitud, servidumbre, torturas, penas o tratos crueles; a ser protegida ante la ley; a no ser arbitrariamente detenida, presa ni desterrada; a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial; a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad; a no ser objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación; a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado; a tener una nacionalidad, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
Los Derechos Humanos son universales, irreversibles, indivisibles, no negociables, obligatorios y trascienden las fronteras nacionales. Sin embargo, en el caso de las mujeres, la garantía de los mismos ha sido una lucha de las organizaciones, movimientos y redes de mujeres en todo el mundo, que han exigido su aplicación y el avance normativo para que estos derechos se ajusten a la realidad de las mujeres.
El lema “Los Derechos de las Mujeres son Derechos Humanos”, ha sido testimonio de cómo las mujeres a través de la historia hemos tenido que posicionar y exigir el reconocimiento de nuestros derechos y nuestra ciudadanía plena. La evolución del concepto de los Derechos Humanos se ha dado de manera gradual, inicialmente en textos normativos como la Declaración de los “Derechos del Hombre y del Ciudadano”, durante la Revolución Francesa y luego en la Declaración de Derechos de Virginia durante la independencia de Estados Unidos, en ninguno de los textos anteriores se consideraba a la mujer como ciudadana.
Esta situación de invisibilidad de la mujeres se repitió con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que iba a ser titulada en un principio como “Los Derechos del Hombre", pero gracias a la incidencia de grupos y organizaciones de mujeres, representadas por Eleanor Roosevelt, Presidenta de la Comisión y feminista, pudo argumentarse que el término excluía a las mujeres y en consecuencia, se consiguió que en su lugar figurara "Derechos Humanos".
El reconocimiento explícito de que los Derechos Humanos de las Mujeres son efectivamente Derechos Humanos, se da de manera definitiva en la Conferencia de Naciones Unidas de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993. En la conferencia se realizó un importante avance al reconocer el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencias, dando lugar a la creación de leyes y políticas para erradicar la violencia contra las mujeres en muchos países de la región, así como apoyando la creación de un nuevo mecanismo: el relator especial sobre la violencia contra las mujeres, quien fue nombrado en 1994.
Así lo narra María Isabel Lopera, abogada, en su artículo Mujeres: Derechos y Derecho: “Durante el siglo pasado y lo que va corrido de éste, el movimiento social de mujeres y las feministas se han expresado de manera directa mediante ejercicios de incidencia o ejerciendo presión política para lograr la materialización formal y real de sus derechos, entre ellos la ampliación de la ciudadanía y el logro de la democracia genérica. Es así como la lucha por los derechos civiles y políticos en las primeras décadas del siglo XX dio a las mujeres el derecho a la educación, el ingreso a la universidad, el manejo de sus bienes e ingresos, el derecho al trabajo remunerado y la protección de la maternidad.
Por cerca de cuatro décadas las mujeres han reivindicado el derecho a la vida, a una vida digna, a la libertad, al ejercicio pleno de la ciudadanía, a un acceso oportuno y pertinente de los servicios de salud para hacer efectivos los derechos sexuales y reproductivos y de salud mental, a no ser discriminadas, excluidas ni violentadas”[1]
En la actualidad, en Colombia las mujeres defensoras de Derechos Humanos enfrentan mayores riesgos en razón a su sexo. Son desplazadas, desaparecidas, asesinadas, sufren todo tipo de violencias, especialmente son víctimas de violencia sexual por parte de los grupos armados, quienes utilizan esta como “arma de guerra”. Durante los últimos meses las amenazas contra las defensoras de Derechos Humanos en Bogotá han ido en aumento, apareciendo diferentes listas con sus nombres, donde se les declara objetivo de los grupos armados
Aún hoy en nuestro país es evidente que se siguen vulnerando los Derechos de las Mujeres, y el papel de la SDMujer en este sentido es seguir apoyando y acompañando a las mujeres para que conozcan y propendan por la garantía de sus derechos y se apropien de ellos para avanzar en su ciudadanía plena.