El 17 de mayo se cumplen 25 años desde que la homosexualidad dejo de ser considerada una enfermedad mental por parte de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es un día en el cual recordamos que hace menos de medio siglo las personas pertenecientes a los sectores LGBT eran consideradas enfermas, por lo que muchas de ellas fueron sometidas a tratamientos dolorosos en busca de curas milagrosas con el fin de transformar sus orientaciones sexuales e identidades de género.

Aunque la homosexualidad salió de la lista de enfermedades mentales, en algunos países aún persiste una amplia resistencia a estas expresiones erótico-afectivas, las cuales se usan como pretextos para condenar a las lesbianas, gais, bisexuales y transgeneristas a penas de muerte, violaciones a sus derechos y ser expuestas a torturas y todo tipo de violencias.

Se puede confundir o equiparar la homofobia y transfobia con el padecimiento de una fobia, es decir el miedo irracional por el que se trata de evitar todo aquello que no gusta y produce malestar. Sin embargo, más allá del miedo, se trata de la reproducción de desigualdades y exclusiones en la sociedad que genera brechas cada vez más grandes entre las personas, alimentadas de la misma manera por el racismo, el clasismo y el sexismo.

El reconocimiento, la garantía y el goce efectivo de los derechos de las personas LGBT aún no han sido alcanzados y falta mucho camino por recorrer. Por eso este día nos unimos a la conmemoración del día Internacional contra la Homofobia y Transfobia, para recordar que eliminar la discriminación a causa de la identidad de género y la orientación sexual se forja en la construcción de una conciencia colectiva que rechace todos los tipos de vulneración.

La Secretaría Distrital de la Mujer se compromete en la lucha contra estas formas de discriminación y violencia e invita a la sociedad a trabajar por la eliminación de los prejuicios, creencias, actitudes, comportamientos y opiniones que promueven actos de odio, desprecio, intolerancia, y burla contra personas que tienen orientaciones e identidades diversas.

Toda práctica homofóbica y transfóbica quita el reconocimiento de la humanidad de las personas, normaliza y justifica las exclusiones. Eliminar la discriminación a causa de la identidad de género y la orientación sexual debe ser un trabajo comprometido del Estado y la Sociedad Civil para construir una conciencia colectiva que no acepta la vulneración de los derechos de ninguna persona. Erradicar estas formas de violencias es un imperativo social y aporta a la transformación hacia una cultura más incluyente, democrática y justa.

La diferencia es parte de lo humano y no una etiqueta para discriminar
No luchar contra la homofobia y la transfobia es aceptarlas y reproducirlas.

Mayo 17 Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia.