En la semana de conmemoración del deplorable feminicidio de Rosa Elvira Cely, ocurrido hace 3 años y en el contexto de la discusión del Proyecto de Ley para prevenir y sancionar este delito, con preocupación debemos registrar que las violencias contra las mujeres continúan siendo una expresión de la discriminación que afecta su autonomía y limita sus posibilidades de habitar la ciudad libres de miedo.

El feminicidio de la señora Luz Marina Agudelo en la localidad de Los Mártires y de Sandra Patricia Rodríguez en la localidad de Suba, la violencia sexual de la que fue víctima una menor de 14 años en la Localidad de Usme, la agresión denunciada por la joven María José Rivas, quien fue víctima de violencia física por parte de su exnovio, las reiteradas denuncias de casos de acoso sexual en el sistema de transporte público, constituyen apenas una muestra del carácter estructural y sistemático de las violencias contra las mujeres que atraviesan sus vidas tanto en el ámbito público como en el privado.

Romper el miedo con el que las mujeres habitamos la ciudad implica cambios culturales y también la transformación de prácticas institucionales. Se debe creer en los testimonios de las mujeres, documentar e investigar las amenazas de las que son víctimas, generar mayores compromisos en torno a la oportunidad y efectividad de la atención integral a las mujeres en riesgo o víctimas de violencias.

Estas acciones exigen un compromiso firme por parte de las instituciones y de la sociedad para avanzar hacia la protección y garantía efectiva de los derechos de las mujeres que habitan el Distrito Capital y, en este marco, la Administración Distrital con la coordinación de la Secretaría Distrital de la Mujer trabaja en la implementación del Sistema Distrital de Protección para Mujeres Víctimas de Violencia con el fin de generar una estrategia interinstitucional que permita garantizar el derecho de las mujeres a vivir libres de violencias.

Reiteramos el llamado para que Ni una rosa más sea víctima de las violencias contra las mujeres ni de feminicidio.