Daniela Alejandra Mosquera López es nadadora de alto rendimiento, bogotana, medalla de plata del Campeonato Nacional Interliga y candidata al premio deportista del año de la localidad de Fontibón. A sus 18 años y con una discapacidad visual que tiene desde su nacimiento, ha obtenido numerosos reconocimientos con los que busca contribuir en  la construcción de una ciudad más humana e incluyente que  brinde garantías para  el pleno goce de los derechos de las mujeres con discapacidad.

Al nacer la medicina no le dio ninguna esperanza. Al padre y a la madre de Daniela les dijeron que ella tenía pérdida total de visión y que no era reversible, sin embargo con el pasar del tiempo su diagnóstico fue baja visión, lo cual le permite percibir el mundo cuando hay luz a través de colores y sombras. Desde muy pequeña ella insistió en su deseo de nadar, entrenar y competir. Cuando tenía 10 años,  y sin jamás haber nadado, un entrenador del complejo acuático vio sus ganas y su talento y le dio una oportunidad. En un mes aprendió lo básico pero fue un proceso de un año y medio donde se fue perfeccionando. Dos años después de su primera clase, compitió por primera vez  y fue especializándose en las modalidades de espalda y libre.

La joven deportista entrena seis horas semanales porque alterna su práctica con el estudio que también ha sido su prioridad, sin embargo afirma que aprovecha el tiempo, le pone todas las ganas y disposición. Esto le ha permitido en el 2013 representar a Bogotá compitiendo en cinco categorías donde alcanzó tres de plata y una de bronce.

En la transformación de los imaginarios culturales y en los avances hacia el reconocimiento de los  derechos de las mujeres con discapacidad, para Daniela el programa de inclusión que implementa el Distrito en las instituciones educativas es muy importante. “el año anterior termine grado once y la nostalgia me invade, en mi colegio recibí total aceptación por parte de docentes, compañeras y compañeros. En mi colegio éramos aproximadamente  doce estudiantes  invidentes y de baja visión. En cada salón de clase había una o dos personas con el fin de integrarnos a todas las actividades.” Afirma la deportista y agrega,  “Así nos olvidábamos que tenemos una limitación visual porque nos hacían parte del grupo”.

Para Daniela el amor y apoyo que le ha brindado su familia ha sido fundamental: “los logros compartidos  generan más satisfacción, es bonito saber que siempre hay alguien que te diga que se puede volver a intentar e intentar”. Dentro de sus sueños inmediatos  está  continuar con su rehabilitación que consiste en aprender  a transitar sola, tomar transporte,  conocer direcciones y moverse en la ciudad, así como continuar  practicando natación, seguir compitiendo y estudiar Comunicación Social  - Periodismo para trabajar en radio.

Admira profundamente a  las deportistas Mariana Pajon y María Isabel  Urrutia  y  aunque  reconoce se han venido abriendo espacios para que las mujeres participen en diferentes prácticas deportivas, considera que aún falta para que haya igualdad, pues en el deporte que ella practica continúan siendo más hombres que mujeres: “donde yo participo,  la delegación de Bogotá de todas las discapacidades,  la integramos aproximadamente 80 personas de las cuales somos 27 mujeres y  53 hombres”.

Y para concluir la campeona comenta: “Las mujeres no nos podemos quedar en los miedos porque dejamos pasar las cosas y desperdiciamos el tiempo, por más difícil que sea hay que enfrentar esos miedos y las dificultades”.