Estas palabras, pronunciadas por una de las ponentes en el Seminario Internacional “Prevención, Investigación y Sanción del Feminicidio”, evento durante el cual más de 300 operadores de justicia se reunieron para conocer y analizar la Ley Rosa Elvira Cely, 1761 de 2015 y reconocer experiencias de aplicación en otros lugares de América Latina, ilustran la gravedad de los casos de feminicidio que hoy rechazamos, uno de ellos en la modalidad de tentativa.
María Isabel Ríos de 22 años de edad fue encontrada muerta en su residencia, ubicada en el barrio Estados Unidos de la localidad de Kennedy. El principal sospechoso del asesinato es su pareja sentimental, con quien vivía desde hace un mes y quien aparentemente salió de Bogotá después de que sucedieran los hechos.
Por su parte en la localidad de Suba, Ángela Pastrana López de 32 años de edad, fue atacada con arma blanca y permanece en el Hospital de Suba, en cuidados intensivos. El atacante fue su expareja, quien fue capturado en flagrancia y, según los medios, la atacó por celos.
Los dos casos son un reflejo de la violencia permanente a las que las mujeres de Bogotá somos sometidas y que de manera sistemática terminan en feminicidios como resultado de creencias y prácticas culturales socialmente aceptadas y que determinan el poder de los hombres sobre el cuerpo y la vida de las mujeres.
Tal como lo determinó la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia en la sentencia en marzo de 2015[1], los celos “no son más que la manifestación de propiedad que se ejerce o pretende ejercer sobre la persona así cosificada y como propietario el sumo acto de dominio es el que implica la plena disposición del objeto poseído que no es otro que su destrucción, para el caso de una mujer su muerte”. Así las cosas, expresiones del tipo “si no eres mía no eres de nadie”, “si te veo con otro te mato” o “sobre mi cadáver consigues a otro” son propias de la cosificación de la mujer”.
La Secretaria Distrital de la Mujer rechaza enfáticamente la violencia que se ejerce y a la que son sometidas las mujeres diariamente, especialmente la violencia que ha llevado en Bogotá, durante lo corrido del año, a 68 mujeres a la muerte. Invitamos a la ciudadanía para que continúe manifestando públicamente su indignación sobre estos hechos que no pueden convertirse en cotidianos para la vida de Bogotá.
Nada justifica la violencia contra las mujeres
[1] CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN PENAL. Magistrado ponente PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR Radicación 41457 (Aprobado Acta No. 90) SP 2190- 2015 Bogotá D.C., marzo cuatro (4) de dos mil quince (2015).
