En el marco del Día Internacional de Prevención del Embarazo en adolescentes, en entrevista para la SDMujer, Daniela Santos Rojas habla del embarazo en adolescentes- EA y comparte su visión frente a este tema, en el que recalca la importancia de formar a mujeres jóvenes en educación sexual integral, mostrar las opciones que existen para tener o no una hija o hijo y la importancia de trabajar desde la sociedad, el Estado y las instituciones en la eliminación de barreras culturales, educativas y en salud, para que las mujeres jóvenes gestantes puedan decidir sobre su cuerpo y sobre su proyecto de vida.

Daniela Santos Rojas es coordinadora de la Red de Mujeres Jóvenes (organización de jóvenes feministas que hacen incidencia política), hizo parte de Profamilia por 12 años como joven multiplicadora y actualmente trabaja en la REDLAC: Red Latinoamericana de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos.

¿Cómo ve usted la situación de las mujeres jóvenes que quedan en estado de embarazo?

La situación de las mujeres adolescentes en estado de embarazo no es fácil. Hay un cierre de ofertas o de posibilidades. Cuando sucede, las personas a su alrededor y en general la sociedad les dicen que se acabó la vida… pero lo cierto es que esta vida no se acaba, pero efectivamente si cambia porque la mujer joven o adolescente ya no puede estudiar, le es difícil trabajar, y no se han creado en el imaginario colectivo muchas opciones para tener un bebé y tener un proyecto de vida.

Dentro de las problemáticas asociadas al embarazo en adolescentes están también los círculos de pobreza. Las encuestas muestran que las mujeres jóvenes en embarazo son aquellas en condiciones socio-económicas más difíciles, otras problemáticas son la falta de educación sexual y de educación sexual integral. También hay una falta de empoderamiento, de concientizar a las mujeres jóvenes en derechos sexuales y reproductivos y enseñarles que existen otras oportunidades en sus proyectos de vida diferentes a quedar embarazadas.

Por otra parte hay que analizar la situación con relación a la violencia que existe al interior de las familias. Hemos encontrado casos de muchas mujeres jóvenes que deciden quedar embarazadas porque ven en la llegada de un bebé la oportunidad de salir de su casa; y sin duda alguna, la cultura del patriarcado que nos enseñan desde muy pequeñas en casa, donde nos muestran que el modelo de ser madre es el modelo indicado de ser mujer.

¿Cómo debe ser la corresponsabilidad del embarazo con los hombres?

Pese a que el cuerpo es de la mujer y ella decide sobre él, creemos que cuando una mujer decide tener una hija o hijo, debe haber una corresponsabilidad de los hombres, es decir, tener un embarazo compartido, la crianza del bebé o la bebita juntos y de hacerse cargo en todos los sentidos los dos.

Lamentablemente aún hay una gran diferencia entre hombres y mujeres al asumir tener una hija o hijo, porque los padres continúan en la mayoría de los casos con sus proyectos de vida, con su estudio o trabajo sin muchas complicaciones, mientras que las mujeres no lo pueden hacer o les es más difícil. Generalmente las mujeres jóvenes se quedan en casa al cuidado del nuevo ser. Es necesario tener también una corresponsabilidad en el cuidado para que el proyecto de vida de los dos sea viable.

¿A las adolescentes gestantes se les habla sobre las opciones que tienen frente a su embarazo?

Nos hemos dado cuenta que a las mujeres jóvenes no se les habla de las opciones que tienen si quedan embarazadas, casi siempre el apoyo que tienen es de sus amigas o amigos, una profesora, orientadora en el caso de estar escolarizada o a la mamá o un centro médico si no está escolarizada…. y casi siempre la opción es: “téngalo, ya dañó su vida”, pero no se les muestra las opciones que existen y en definitiva hay otros panoramas.

Por ejemplo, un escenario es tener la ó el bebé. Existe la opción de criarlo o darlo en adopción, que es una alternativa que no se les muestra desde el sistema ni educativo, ni familiar, ni de salud. Por otra parte existe la alternativa de interrumpir voluntariamente el embarazo por las implicaciones en la salud emocional y mental que esto tiene para las mujeres jóvenes.

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