Ana Elfa Zambrano y su opción de trabajar por la comunidad
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Publicado el Martes, 20 Octubre 2015 17:58
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En entrevista para la SDMujer, Ana Elfa Zambrano, ganadora del reconocimiento otorgado por la ONG Fundación Cumbre Mundial de la Mujer (Women's World Summit Foundation– WWSF), habla sobre el trabajo comunitario, la razón por la que empezó a trabajar por los derechos de las mujeres y lo que significa para ella el premio a la creatividad o valor excepcional para mejorar la calidad de vida en el medio rural.
SDM:¿Cómo recibe este reconocimiento por el trabajo comunitario que ha realizado?
AEZ: He encontrado personas muy especiales que notan en uno el trabajo. Realmente nunca me esperaba esto…había sentido que en la vida había hecho cosas, pero nunca como para recibir un premio.
SDM:¿Qué significa recibir este premio de la Fundación Cumbre Mundial de la Mujer /Women's World Summit Foundation – WWSF?
AEZ: Ha sido una gran sorpresa para mí, aún no he captado la magnitud y lo especial que es este premio. Siento que es un reconocimiento no solo para mí, sino para todas las mujeres colombianas, porque hay muchas mujeres en nuestro país que luchan por sus objetivos, por la paz y por la alegría en los hogares.
Además las mujeres colombianas luchamos por defender las semillas y la soberanía de nuestros alimentos, por rescatar la cultura de las comunidades ancestrales…
Me siento orgullosa que haya una institución como la Secretaría Distrital de la Mujer-SDMujer que me ha apoyado como me apoyó… ojalá pudiéramos entre todas unirnos y apoyar a más mujeres que luchan por las semillas, por la cultura, por la paz, por los valores y con la SDMujer que gracias a Dios existe, y que aunque no tiene todas las oportunidades y recursos que requiere…. apoya muchos procesos de las mujeres que como yo trabajan por lo comunitario.
SDM:¿Por qué se inclinó por el trabajo comunitario?
AEZ: Ha sido un cambio total en mis conocimientos, pasé de ser una ama de casa en el año 1984 (porque he sido de una cuna muy humilde), empecé a buscar mis cosas, a ser rebelde y a ser yo.
Quería tener mis propios recursos, estudié hasta quinto de primaria y a los 14 años me tocó empezar a trabajar…. me radiqué en la vereda Las Margaritas y empecé a representar a mis hermanos en la escuela, allí me di cuenta que las mujeres pedían permiso a sus esposos o compañeros para hacer aportes por ejemplo en un bazar o para una feria…. entonces yo me hacía la pregunta:¿por qué una mujer en un hogar tiene que pedir permiso al esposo?….eso no va conmigo porque yo siempre desde pequeña fui muy independiente y eso lo veo normal…que uno tenga sus propias ideas y sean respetadas, que en un hogar cada persona tenga sus valores, sus opiniones y se pueda fomentar en los hijos esas ideas… compartir todas las cosas y las situaciones que se viven en un hogar.
Yo decía…no puede ser que la mujer esté tan sometida, por eso inicié el proceso de hacerme presente, de colaborar a la par que los hombres, de ayudar a hacer cosas por la comunidad y me formé allí.
En 1993 empecé cursos de pirograbado y de artesanías, me inicié con un comité de salud y empecé a dar mis opiniones y las compañeras me seguían…es más, no sé si fui yo o si fueron mis compañeras las que querían mis conceptos, el caso es que empezamos a hacer consensos y llegar a acuerdos para salir adelante.
No hemos tenido un espacio propio con las mujeres, como una sede para hacer nuestras reuniones y nuestros proyectos…pero igual hemos hecho muchas cosas con las mujeres de la Vereda Las Margaritas y con las mujeres de Usme, donde fui presidenta de Acción Comunal; eso me hizo conocer mucha gente bonita, mucha gente que me estima y yo los estimo a ellos porque tenemos las mismas necesidades. Cuando se habla de una vereda, se habla de todo el territorio y de la luchar por nuestros derechos.
Admiro a muchas mujeres que me han antecedido en este proceso de trabajo por la comunidad y las que vienen, que aunque son muy jóvenes han estado desde niñas y tienen ya muchos conocimientos que yo no tengo y aprendo mucho de ellas. Hay muchas cosas aún por las que hay que luchar en las comunidades.
SDM:¿Qué mensaje les da a las mujeres campesinas y a las mujeres rurales?
AEZ: Hay muchas mujeres que no han empezado a valorarse como mujeres, desde que no empecemos a entendernos, conocernos y valorarnos como mujeres habrá maltrato de todo tipo. Nosotras nos debemos valorar para que se reconozca lo que hacemos y para que las cosas cambien.
No es justo que dependamos de otros, cuando hay dependencia no hay trabajo comunitario. Hay que quererse a uno mismo, porque cuando no es así, no se puede hacer nada por la comunidad.
A mis comunidades les digo que no voy con el conflicto y cuando se presentan discusiones o dificultades o diferencias entre el grupo, cuando se levanta la voz… les digo que eso no lo han aprendido de mí, no les he dado esos malos ejemplos de gritar… en ese momento se baja la guardia y todo se resuelve hablando. Uno para poder trabajar comunitariamente debe tener valores, valorarse como mujer y también valorar a los demás.
¡Avanzan las mujeres campesinas y rurales, avanza Bogotá!