El día de ayer la sociedad colombiana recibió la noticia de un nuevo acuerdo frente al punto cinco de la Agenda para poner fin a la confrontación armada, que trata sobre víctimas; un punto crucial en el proceso de construcción de paz porque contiene elementos fundamentales para la reconciliación nacional y la no repetición de los hechos violentos que propiciaron y prolongaron la guerra, respetando los marcos internacionales en materia de derechos de las víctimas y de justicia.
Ha sido efectiva la presencia, la voz y la persistencia de las organizaciones de víctimas para situar sus demandas al centro de los acuerdos que se construyen en La Habana. Ambas partes, Gobierno e insurgencia reconocen que las víctimas lograron convertir su dolor en propuestas que aportan a la paz. El comunicado conjunto, cuyo contenido pueden consultar aquí, expone los contenidos del “Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición”, incluyendo la Jurisdicción Especial para la Paz; y el Compromiso sobre Derechos Humanos.
Lo positivo es que aún sin la firma final de los acuerdos se pueden desarrollar acciones que van trazando el camino. En varios de los mecanismos que propone este preacuerdo ya hay algunos avances, por ejemplo, los documentos presentados por la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, las acciones de desminado en los territorios más afectados, la búsqueda de personas desaparecidas en el marco del conflicto armado, las últimas verdades develadas sobre los hechos del Palacio de Justicia y el reconocimiento de responsabilidad por parte de las FARC-EP, en los hechos de Bojayá, con una sentida petición de perdón a las víctimas.
En lo que compete a los derechos de las mujeres víctimas, ambas partes reconocen el impacto diferencial del conflicto armado sobre ellas y la discriminación histórica que profundizan la violencia sexual y el desconocimiento de sus derechos, todo ello, en buena parte, por la incidencia de las dieciocho organizaciones de mujeres que han presentado sus propuestas en la Mesa de La Habana, y de las diez expertas en violencia sexual que fueron consultadas.
Hoy, la Secretaría de la Mujer desea hacer un reconocimiento especial a las mujeres que desde la situación de víctimas han potenciado su acción política para exigir derechos y participación efectiva, porque sus procesos organizativos y de movilización las han convertido en agentes de cambio.
Al mismo tiempo, aprovechando los días de novena navideña, invita a las organizaciones y colectivos de mujeres del Distrito a reflexionar sobre los temas que toca el comunicado conjunto, en relación con la realidad de las personas y las comunidades que habitan los territorios. Estas fechas son propicias para evaluar el pasado y proyectar el futuro deseado. Seguramente, será un futuro de paz que dependerá de las decisiones de todas y todos, en el marco de los mecanismos que se aprueben para la participación ciudadana. Recordemos que la paz es un proceso en construcción que requiere compromisos concretos. ¡La paz es ahora!
¡Las mujeres decidimos paz!