El 4 de febrero de cada año se conmemora el día mundial de la lucha contra el cáncer. El “Cáncer” es un término genérico con el que se denomina un amplio grupo de enfermedades que pueden afectar cualquier parte del organismo y cuya principal característica es la multiplicación rápida de células anormales que se extienden más allá de sus límites habituales, llegando a invadir en muchas ocasiones partes u órganos adyacentes del cuerpo. Este último proceso se conoce como metástasis y es la principal causa de muerte por cáncer.

Dicha alteración en el crecimiento de las células es el resultado de la interacción entre factores genéticos de las personas y tres tipos de agentes externos: carcinógenos físicos, como las radiaciones ultravioleta o ionizantes; carcinógenos químicos, como los componentes del humo de tabaco y otros contaminantes en alimentos y aguas, y carcinógenos biológicos, o infecciones causadas por determinados virus y bacterias. Este último es el caso del Virus del Papiloma Humano (VPH), causante del cáncer de cuello uterino.

Los tipos más frecuentes de cáncer, así como su impacto en el perfil de mortalidad, son distintos entre hombres y mujeres y varían también de acuerdo con las condiciones socioeconómicas de la población, que actúan como determinantes de una mayor o menor exposición a factores carcinógenos (p.e. condiciones medioambientales o laborales, hábitos cotidianos) y de las posibilidades de acceso al sistema de salud para la prevención y atención oportuna.

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